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ANDÚJAR TRADICIONAL Y ARTESANA

Artesanía

Tradición y costumbres ancestrales:

En la tradición y en las costumbres ancestrales radica hoy el encanto de un mundo cargado de imágenes y de las más variopintas tecnologías. La Andújar que vemos hoy es el resultado de una larga trayectoria de siglos e incluso de milenios y es gracias a los vestigios de esa artesanía, de esos productos manufacturados, los que nos han servido para datar una fecha y para saber sobre una actividad de una sociedad con su forma de ser y de pensar. La inteligencia del hombre le ha hecho perder instinto con los adelantos y la tecnología. Y es ahí en esos Útiles de la artesanía en donde encontramos un poco al hombre puro e intuitivo.

En 1862, el escritor danés Hans Christian. Andersen pasó por Andújar en diligencia, en su camino desde Córdoba a Santa Cruz de Mudela para seguir por via férrea hasta Madrid. y nos dejó una visión muy concreta y certera de nuestra ciudad al observar «sus tiendas y multitud de gentes por las calles», lo que indica una actividad comercial y bullanguera. Por esos años y hasta la década de los cincuenta del siglo XX, Andújar habia permanecido muy fiel a su tradición y a su quehacer artesano con sus calles empedradas, sus fachadas y patios de cal, geranios y pilistras, con las espadañas de conventos y torres de las iglesias destacándose por su horizontal caserío cubierto de tejas árabes. Calles y altozanos salpicados de casas con fachadas empedradas con elementos arquitectónicos nobles y heraldos ausentes por los zaguanes.
Todas las casas tenían su pozo. En la trama urbana había calles como Zapateros, Ollerías, Naranjos, Judería. Tintoreros, Hornos, Mesones, Silera, Talabarte, Alhóndiga. Peso de la Harina, del Truco, Ballesteros, Chorillo. Carnicería, Maestra, Comedia, Postigos, los Sastres, etc. quedando algunas en el callejero actual.

Atrás y unido al solar arcilloso sobre el Guadalquivir la artesanía de la Alfarería y de la Cerámica. Por su funcionalidad y por unir tiempo y actividad la Albardonería, Talabarteria, la Piel, así como la Forja de los herreros para tapar decorosamente ventanas, puertas, capillas y pozos con sus rejas, cancelas y brocales. Por la Sierra y su actividad ganadera y cinegética la Taxidermia y la Cera para cirios de Cuaresma.

una joya arquitectónica de tres pisos

ALFARERÍA Y CERÁMICA EN ANDÚJAR:

«…hay muchas tiendas donde se venden las alcarrazas de barro, que se llevan a Madrid en abundancia, y a otras mil partes. No las hay mejores para mantener el agua fresca en el verano. Son porosos y delgadas, de una óptima greda blanca, peculiar en estas cercanias. En fin las alcarrazas de Andújar tienen fama en todas partes…» Así se expresaba Antonio Ponz (1725-94) tras escribir las impresiones que de su viaje hizo por España entre 1772 y 1784. Del mismo tiempo hay un magnifico documento gráfico de esas alcarrazas o jarras que se debe al pintor hermosa jarra de Andújar en uno de sus bellisimos bodegones que guarda el Museo del Prado, jarra que ya hoy no se hace, y que sirvió para ilustrar el Cartel de la Romería de 1993, obra de José Ramón Navarro. También, dando un salto en el tiempo, Julio Romero de Torres (1880-1930) en su obra «La Niña de la jarra» pintada en 1928, toma otra pieza de Andújar como hecho significativo.
Luis E. Meléndez (1716-80) al dejar una «Jarras de Andújar y alcarrazas de La Rambla hacen fresquísima el agua» dice el refranero español. Magalotti, de la comitiva de Cosme de Médicis, Lope de Vega, Leandro Fernández de Moratin y un sin fin de viajeros de finales del siglo XVIII y de todo el siglo XIX nos han dejado testimonio de esta actividad artesanal de Andújar.
La Cerámica-Alfarería es el arte de modelar y de cocer la arcilla tras la preparación del barro, el modelado, secado, vidriado, decoración y cochura. La materia prima -la arcilla o el barro- se encuentra en toda esta zona de forma natural formando parte de los depósitos aluviales del valle del Guadalquivir. La diferencia entre una y otra radica en que la cerámica presenta una capa de vidriado o impermeabilización que a su vez hace que se pueda decorar brillantemente.

Historia alfarería:

Hay que remontarse atrás en el tiempo y saber que desde los Iberos ya tenemos unos ejemplos muy concretos de alfarería hecha a torno y pintada. Con Roma y en el siglo I d.C. tenemos un gran Sigillata» cerámica muy fina. de color rojizo, lisa o ricamente decorada a base de una gran variedad de relieves con motivos muy variados como geométricos, vegetales, fauna. mitología y figuras humanas. La etapa bajo Al-Andalus significará un impulso a esta actividad artesanal, primero bajo el Califato con un vidriado blanco y bajo los Almohades con un vidriado verde, siempre bajo las pautas decorativas del arabesco. Modelos que se seguirán haciendo durante el final de la Edad Media hasta llegar al siglo XVI en donde, gracias a la recoronación renacentista la decoración ganará en riqueza y complejidad gracias a los grutescos, roleos, paisajes, escenas bucólicas, heráldica, incorporándose escenas costumbristas, ornamentación que llegará hasta nuestros dias con muy pocas variantes.